Qué sentir, sino tu piel.
Cómo escuchar en el viento tu risa, y no recordarte en mí.
Cuán dulce puede llegar a ser la espera.
Cuán amarga la soledad.
Cuánta tristeza puede encerrar una lágrima.
Dónde esperarte, sino en mis sueños.
sábado, 19 de septiembre de 2009
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