Ellas andan por la ciudad:
son las que abrigan las noches,
las que muerden tus sueños,
las que lloran en secreto sus lágrimas de león,
las que frenan las balas con sus pechos desnudos.
Están por todas partes,
a toda hora.
Y tienen miedo,
y sienten culpa.
Y dejan que los hijos les abracen el alma
(son su aliento,
que es de espuma)
Dejan alas en su vuelo.
Son inmortales
en su dolor y en su calor.
No miden: sienten.
Y en su vuelo caen, heridas,
esperando que las lloremos.
LucíaSchaab
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