Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra
Cómo haré para que sientas mi torpe amor, mis ganas de sonarte entera y mía
Cómo se toca tu carne de aire, tu oloroso tacto, tu corazón sin hambre, tu silencio en el puente, tu cuerda quinta, tu bordón macho y oscuro, tus parientes cantores, tus tres almas, conversadoras como niñas
Cómo se puede amarte sin dolor, sin apuro, sin testigos, sin manos que te ofendan
Cómo traspasarte mis hombres y mujeres bien queridos, guitarra;
mis amores ajenos, mi certeza de amarte como pocos

Hoy dejaré las puertas y las ventanas de mi casa, abiertas
y la noche entrará por todas las ventanas de mi casa, por todas las ventanas de todo el barrio, por todas las ventanas de todos los cuarteles y de todas las cárceles, por todas las ventanas de los hospitales
La noche entrará, cabeceando, saltará para adentro, sombra a sombra a la luz del farol
y se echará en el piso como un perro
y aguardará hasta la madrugada
Hoy
dejaré las puertas y las ventanas de mi casa, abiertas, para siempre(...)

(...)como un escarabajo que no piensa, mientras medita lentamente por qué duele tanto y por qué duele qué parte de quien es ella misma(...)
(...)Me hacen sufrir las alas que me puse para volar(...)
Y he sabido, guitarra,
que este otro perro que criaste,
ladrador,
campesino,
a veces manso o vigilante,
que roe su propio hueso en la penumbra y gruñe
cual casi todo perro popular,
vagará por tus anchas veredas, tus milongas sangrantes
hasta morir también
tal vez un día
de soledad y rabia
de ternura
O de algún violento amor: de amor,sin duda.
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